Cada 5 de Marzo se celebra en día mundial de la eficiencia energética. Desde Quercus, si bien no queremos extendernos en este artículo, queremos hacernos eco y mostraros de qué manera podemos ahorrar energía mejorando la eficiencia, especialmente en iluminación.
Pues bien, conocemos varios tipos de bombillas, que agrupamos en:
Bombillas no eficientes
Las bombillas incandescentes de siempre, y las halógenas en especial, transforman en luz sólo un 20% de la energía que consumen. El resto de toda la energía que nos hacen gastar se pierde en forma de calor.
Para bien o para mal, están empezando a actuar las leyes europeas que las quitarán progresivamente del mercado, empezando por las de mayor potencia.
Bombillas eficientes
Son aquellas que transforman en luz más de un 95% de la energía que consumen, y por eso consumen tan poca. Esto es porque en vez de calentar un filamento como las incandescentes, producen luz al activar una mezcla de gases. Podemos encontrarlas de varios tipos.
1. Bombillas de ahorro: Bombillas de casquillo normal con forma de espiral. Lo único que podemos objetarlas es una luz que tarda un rato en brillar del todo. Por eso las pondremos en sitios donde estén encendidas mucho tiempo. Según su forma encontramos varios tipos, de los que nos hablan en este artículo.
2. Bombillas fluorescentes: Las típicas de garajes y cocinas, que también hay no sólo en tubo sino circulares. Tienen luz totalmente blanca y no tardan en brillar como las anteriores, porque van con cebadores.
3. Bombillas y focos LED. Esta tecnología se basa en diodos de alta eficiencia que habréis podido ver en algunas lámparas de mesa. Sólo gastan del orden de 1W cada foco; y tienen la ventaja añadida de no contener mercurio contaminante, como las anteriores. Están reemplazando también a los apliques de techo de halógenas.
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