Daubentonia madagascarensis, alias Aye-Aye

Este curioso animalito (que más parece una rata enfermiza) es una especie de lémur que hay en Madagascar, donde la gente lo considera un demonio por lo feo que es.
Tuve el lujazo de verlo en mi última visita a un museo que me encanta: el Nacional de Ciencias Naturales: Tiene un rostro muy inexpresivo y el hecho de que sea nocturno, rápido y gran saltador, ha hecho que las supersticiones se disparen en Madagascar. Total, que los lugareños temen al Aye-Aye: le persiguen y cazan, y actualmente está clasificado como "casi amenazado"... sólo por ser feo!!

La mayoría de las veces los rotuladores no están gastados, sino simplemente se ha evaporado el diluyente de la tinta indeleble y por eso dejan de escribir. Os puedo asegurar que si hacéis este truco, podréis multiplicar por diez la vida de vuestro rotulador.

La única dificultad es saber cuál es el diluyente: es simple alcohol de farmacia.

1. De modo que basta abrir el rotulador por la parte superior. Podéis probar a ir girándolo a la vez que tiráis (a veces es precisa la ayuda de unos alicates).
2. Sacad con precaución el tapón, pues aunque el rotulador no pinte, siempre quedan restos de tinta y podéis poneros perdidxs en un momento. Aconsejo usar guantes y colocar unas hojas de periódico sobre la mesa.
3. Una vez abierto, basta añadir un par de gotas de alcohol en el interior. No os paséis porque corréis el riesgo de diluir demasiado la tinta y que escriba muy “aguado”. (En tal caso, sólo tendríais que esperar a que se evapore un poco el alcohol). Más vale quedarse algo corto que pasarse.
4. Volvemos a cerrar el rotulador y lo dejamos HORIZONTAL y sobre papel absorbente, al menos la primera vez que lo hagáis, para evitar manchas. Pasado un tiempo, veremos que vuelve a escribir como el primer día.

¡Y no olvidéis cerrarlo siempre bien!

¿CON QUIÉN HABLAMOS? 

-Os invito a obedecer a este hombre, ob-audire, escucharle con atención, y con tranquilidad. Tiene mucho que aportarnos.


Bueno, en ese intento vano que tengo por evitar el ego, a veces digo que no soy nadie y hay momentos en que casi consigo serlo, pero no puedo evitar ser lo que la sociedad, la familia, las condiciones ambientales, etc, etc, han hecho de mí, como el resto de los mortales.
Soy funcionario (bombero de la Comunidad de Madrid), tengo 39 años y vivo solo. Estudié hasta la Selectividad y luego no supe qué carrera estudiar, así que aproveché para quitarme del medio el antiguo servicio militar. Al regresar me puse a trabajar y cuando probé en mis propias carnes durante unos años la dictadura empresarial y la connivencia política para con esos atropellos, decidí preparar una oposición.

todas las imágenes de este artículo son de él mismo.

Es por eso que respeto profundamente esta profesión y el funcionariado dándole un enfoque de verdadero servicio a la sociedad dado que es ésta la que me ha permitido estar ahí y la que me paga. Trato de cumplir a rajatabla con mis labores y defiendo la honradez y el buen hacer al máximo. Por desgracia, hay funcionarios cuyas miras son aprovecharse de la situación de protección que brinda este trabajo y se olvidan de los importante que es dar y cumplir para seguir recibiendo, pues no tardará en llegar el día en que, habida cuenta de los abusos, nosotros mismos acabemos con un trabajo donde se respetan nuestros derechos.

En la ciudad, sin duda.
Yo llevo haciéndolo desde no hace mucho tiempo.
Antes usaba la bici de forma lúdica o para practicar deporte, pero comprobé que poniéndole unas alforjas a la bici podía ir a hacer la compra, ir al trabajo, ir al médico, a ver a los familiares y en definitiva, ir a casi cualquier lugar al que irías con el coche dentro del casco urbano y a veces también extrarradios. Y todo ello sin tener que buscar aparcamiento, sin ocupar un sitio enorme para una sola persona (en la mayoría de los coches va un ocupante) dentro de una ciudad con el espacio relativamente reducido. La bicicleta, además, se aparca fácilmente y puedes ir con ella de puerta a puerta haciendo tus recados.
Mucha gente cree que es imposible, pero simplemente porque no lo han probado. Cuando lo intentan, muchos deciden dejar aparcado el coche para recorridos urbanos.
Es peculiar ver a la gente en sus vidas cotidianas tratando de hacer el mínimo esfuerzo físico y luego, cuando dejan sus obligaciones de lado, se marchan al gimnasio para practicar deporte, con lo que al final, a veces lo convierten en otra obligación que generadora de ansiedad si no acuden, quedándoles esa sensación de haber dejado de hacer algo obligatorio.
¿Por qué no integrar el deporte en el quehacer cotidiano?
Se puede utilizar la bicicleta como transporte, claro que se puede, pero es necesario pacificar el tráfico y eso sólo se consigue sacando más bicicletas a la calle. Tenemos miedo a que nos atropellen, pero es una cuestión de número (y de educación por parte de todos). Si somos muchos, forzaremos a las autoridades a tomar medidas cada vez más serias en favor de la bici.

Es cierto que la actitud de algunos conductores y la capacidad que tiene el coche de arrollar a un ciclista sin hacerse rasguño alguno nos puede generar bastante miedo a la hora de coger la bici en ciudad.
En Madrid, la normativa dice que debemos circular por el centro del carril derecho (Art. 39bis de la Ordenanza de Movilidad) y que no podemos circular por el carril bus, a no ser que circulemos en pendiente ascendente y que el ancho del carril bus supere los 4'5 metros. Esto, habida cuenta de la agresividad del tráfico a motor, puede parecer una locura. Los coches te adelantan por la izquierda y te acosan por detrás y los autobuses y los taxis te pasan por la derecha. El ciclista se encuentra en medio de todo el barullo y desde luego esto asusta y mucho.
Mi consejo es circular con confianza, que los coches vean que no andas titubeando. Para ello debemos adoptar una actitud decidida. Los coches te respetan más cuando te ven seguro. Si dudas, te pitarán y se pondrán aún más nerviosos.
Hacer uso de nuestro derecho a circular por el centro del carril derecho es algo que, bajo mi modesta opinión, no se le puede pedir a todo el mundo y menos a aquellas personas que empiezan ahora con la bici. Les va a generar miedo y estrés y es probable que le tomen rechazo a la bici. Sin embargo, y hasta que adquiramos la suficiente confianza, sí que es posible iniciarnos en esto de la bici urbana circulando por las calles tranquilas de Madrid que conectan todos los puntos. Es importante para ello ver el plano de calles tranquilas que Villarramblas de enbicipormadrid.es ha confeccionado y que ya está en manos de algún organismo público.
Fundamentales son los espejos que nos van a permitir observar el tráfico y poder reaccionar a tiempo. Casi nadie los lleva, pero hoy día los hay bien discretos y muy eficaces.
Y claro está, respetar todas las normas de circulación si queremos ser bien vistos y tenidos en cuenta.

En cuanto a seguridad a la hora de aparcar la bici, no hay nada como un buen candado. Hay que gastarse unos euros que seguro rentabilizaremos con el paso de los años. En mi caso llevo uno en "U" para sujetar la rueda delantera al cuadro, otro de cable baratito para sujetar el sillín (si no queremos llevárnoslo con nosotros) aunque también podemos sustituir el cierre rápido por unos tornillos allen. Y por último, un candado para sujetar el cuadro y la rueda trasera a algún elemento del entramado urbano o elemento especial habilitado al caso. Para esto último, llevo uno tipo mecano plegable de acero cimentado. En total, la inversión en estos tres candados puede rondar los cien euros.
Sobra decir que aquellos elementos, tales como luces, y que puedan ser retirados fácilmente, habremos de llevárnoslos con nosotros. *

Estoy empezando con ello.
A mí me gustan las bicis. Desde pequeño siempre he andado en bicicleta y en el taller de mi padre siempre la desmontaba y la volvía a montar, simplemente por pura curiosidad.
Ahora no tengo taller y lo hago todo en la terraza de mi casa.
Me he llegado a juntar con cinco bicicletas y obviamente no podía usarlas todas al tiempo. A veces quedaba con amigos que no tenían bicicletas y les prestaba alguna.
Hubo un momento, en que decidí ir donándolas, pues era mejor que fueran usadas. Yo me quedé con alguna (una para ciudad y otra para montaña).
Participando en la página enbicipormadrid.es pude leer a gente que tenía apuros económicos y no podían permitirse tener una bicicleta. A veces ni reparar la que tenían. Así que pensé que no estaría mal tratar de buscar donantes de bicis que no las usaran o que las fueran a tirar y ponerlas en funcionamiento para esas personas de forma gratuita.
No creo en el altruismo puro y duro, pues creo que todos nos beneficiamos de algún modo y yo me beneficio sintiéndome bien cuando sé que he recuperado un objeto que estaba inservible y rendundará en hacer feliz a alguien.
La filosofía de Ciclolística es promover un gesto en el que no intervenga el dinero. Todo funciona con dinero, todo está controlado por el dinero y las personas estamos perdiendo muchos valores.
Con la bicicleta se adjuntan unas normas éticas acerca de esta filosofía y siempre estoy abierto a sugerencias y consejos. La bicicleta regalada (Ciclolística) ha de ser regalada de nuevo cuando el propietario adquiera una nueva o distinta. Ha de comprometerse con ello. Yo sólo puedo fiarme de la palabra ajena, pues no hago ningún seguimiento de esas bicis.

De momento ha habido dos personas que me han donado sus bicis viejas (a las que hay que hacer algunas reparaciones) y otras dos personas están interesadas en donar las suyas. Dos han sido entregadas y según las vaya reparando, irán saliendo.
A veces no he tenido más remedio que gastarme un poco de dinero en ellas, pero es poquísimo y si la avería fuera muy cara y no dispusiera de repuestos de otras bicis, esperaría a alguna bici de desguace.

No he profundizado demasiado en ello y es una pregunta que requiere de una respuesta bien argumentada para la cual quizá no esté preparado.
Consumimos en exceso, de todo y en muchísimas ocasiones, sólo por consumir. Hemos basado nuestro bienestar en la acumulación y la obtención de bienes materiales. Es por eso, bajo mi punto de vista, que todo tipo de productos se ofrecen por doquier. Hay millones de ellos que han de ser consumidos ávidamente. Mientras nuestro bienestar se base en la necesidad de consumo existirán este tipo de productos. El mercado lo sabe y nos lo ofrece. Drogadictos y camellos, como cuenta Serge Latouche en el documental "Simplicité Volontaire et Décroissance" (Simplicidad Voluntaria y Decrecimiento)



Nosotros mismos, los consumidores, fomentamos la obsolescencia programada. Simplemente les damos ideas que van en consonancia con nuestra dependencia.

También hemos de pensar que la comida no sale de los coches, no sale de las fábricas, no sale de los bancos. La comida sale de la Tierra y es quizá a ella a la que debemos prestar la atención necesaria. Creo que sería necesario devolver a la gente a la Tierra, algo que algunos verían como una involución pero que particularmente considero que sería una evolución en toda regla. El avance en algunos aspectos es fantástico, pero en otros es terrible.

Se me ocurrió unir el prefijo ciclo- referente a la bicicleta y la palabra "holística".
Como define Marcos Fidel Barrera Morale en su estudio de internet (en palabras textuales), la holística se refiere a la manera de ver las cosas enteras, en su totalidad, en su conjunto, en su complejidad, pues de esta forma se pueden apreciar interacciones, particularidades y procesos que por lo regular no se perciben si se estudian los aspectos que conforman el todo, por separado.

La Ciclolística, para mí, si no he interpretado mal este concepto de "holística", viene a integrar a la persona y a la bicicleta como un todo que funciona en perfecta consonancia y armonía.
Se trata de entender una nueva concepción de movilidad que auna un aparato generoso y amable con la esencia humana que espero también sea generosa y amable... (aquí puedo pecar de ingenuo).
Si alguien considera que el concepto está mal aplicado, que me corrija, por favor, pues no soy maestro en filosofía, pero creo que la palabra ya se quedará así.

En realidad creo que este tipo de iniciativas no van a cambiar el mundo, pues soy algo pesimista y considero que la tendencia que lleva el ser humano es algo impuesto de forma natural, por mucho que nos pese. Si la Naturaleza ha creado en nosotros este cerebro, debería ser por algo. Es un cerebro rapaz, ambicioso, egoísta, aunque también compasivo, generoso, protector, etc, etc.
La cuestión es que, por la tendencia mundial y los hechos que quedan patentes, están predominando más las características negativas que las positivas. ¿Por qué? ¿Por qué pudiendo hacer el bien no lo hacemos?
La cuestión no es si podemos o no podemos hacer el bien. La cuestión es que lo que estamos haciendo es lo que estamos haciendo. Es decir, las cosas son lo que son y si son así, quizá es porque deben ser así. Puede parecer una postura determinista, pero pienso que de nada sirve que tengamos la capacidad para hacer el bien si no la utilizamos.

Berenjena

Así que, me da la sensación de que si Ella (La Naturaleza) nos ha criado así, quizá es porque así debemos terminar...

Ojalá haya un cambio de conciencia, pues creo que ese es el siguiente paso evolutivo que necesita la sociedad.
No nos vale China como ejemplo. No podemos seguir produciendo y consumiendo. No sé dónde está la solución, o sí...pero sería muy larga de explicar y debatir, así que, mientras deberíamos tratar de hacer aquello que se contaba en aquel relato budista:

Dos caminantes paseaban por una playa atestada de estrellas de mar que las olas habían echado a la arena. Allí estaban muriendo al sol abrasador. Uno de los caminantes, mientras charlaba, de vez en cuando se agachaba, cogía una estrella y la devolvía al mar. El otro, sorprendido, le cuestionaba acerca de su actitud, pues la playa estaba llena de ellas y no podría salvarlas a todas. Le decía que mejor que no hiciera nada. A esto respondió: Esa que lanzo al agua, ¡¡vivirá!!

En referencia a los consejos para evitar el robo de la bici, quisiera añadir algo más que he ido aprendiendo en los últimos días.
Ahora sólo llevo un candado, en vez de los tres que llevaba antes. Hay unos cierres para las ruedas y el sillín que consisten en una tuerca especial que evita que sean forzados con facilidad. Sólo tenemos que sustituir los antiguos cierres rápidos por estos otros. Apenas cuestan 12 euros.
También he aprendido de los comentaristas de enbicipormadrid.es que podemos desenganchar los frenos, caso de ser V-brake o cantilever, cuando dejemos nuestra bici aparcada por unos momentos. De esa forma, el ladrón se la pegará al primer intento de frenar.
Y otra más, también muy útil, consistente en situar los cambios con el plato más pequeño y el piñón más grande, lo que hará que el ladrón se encuentre prácticamente pedaleando en vacío durante unos metros, lo que nos dará la suficiente ventaja para cogerle...

Si entramos a una tienda, es recomendable dejarla aparcada de tal modo que podamos verla a través de los cristales...

Y la más importante de todas, ¡mucha suerte!, porque como nos la quieran quitar y vayan a ello, no hay sistema que se resista.
Bueno, sí, hay uno excepcional, pero no me atrevo. Se trata de dejar la bici agarrada a una farola. Sacamos los cables de la farola, los pelamos y los enganchamos a la bici... ¡Solucionado!

Hasta luegos a los que se van y holas a los que llegan.

Dicho sobre el aire acondicionado

Aire acondicionado natural. Kyezitri

¿No podríamos simplemente pasar del aire acondicionado? Podríamos reducir la temperatura de los núcleos urbanos reduciendo el asfalto y la contaminación, sembrando jardines en los techos de los edificios y sembrando mas arboles que den sombra a las casas, dejando las cortinas cerradas durante el día en los meses de verano, construyendo casas más frescas, teniendo jardines con estanques donde se viva en armonía con la fauna y la vegetación local. Os habéis dado cuenta de que en verano las iglesias suelen estar bastante fresquitas y que en los edificios antiguos no se sufre tanto de calor como en nuestras ratoneras modernas? Tratemos de corregir el curso, retomando lo bueno de lo antiguo con nuestros conocimientos actuales. En lo que a mi respecta, yo no tengo aire acondicionado y no me hace falta.

Julio.

¡Hay lucidez en este mundo... de vez en cuando!

(Estoy de vuelta, sano y salvo -más o menos-. La temida Selectividad realmente ladra más que muerde...pero necesito dormiiiiir :D)