El césped no es una buena idea. Ni para los parques y jardines públicos ni para los privados. Requiere muchísimo mantenimiento, agua a chorros, abonos, fertilizantes, pesticidas. Puede que nunca hayáis oído hablar alternativas al césped. ¿Es que no las hay? Claro que sí, bastantes.
Una para los más modernos nos viene de Japón y sus jardines Zen. Hablamos de tapizar los jardines con plantas aromáticas, rocas, y grava blanca o cortezas de pino.
Pero si a ti esto del minimalismo ni te va ni te viene y lo que quieres es alegría, lo tuyo son las plantas tapizantes, una excelente alternativa vegetal al césped en el jardín. Se trata de variedades de hierbecillas o tréboles de crecimiento lento y bajo consumo de agua. Esto nos evitará el incordio de regar y segar tanto.
Pero si a ti esto del minimalismo ni te va ni te viene y lo que quieres es alegría, lo tuyo son las plantas tapizantes, una excelente alternativa vegetal al césped en el jardín. Se trata de variedades de hierbecillas o tréboles de crecimiento lento y bajo consumo de agua. Esto nos evitará el incordio de regar y segar tanto.
¿Césped? ¡Claro! Pero el justo y necesario. Los bordes del jardín estarán genial con tréboles, violetas o matas de lavanda o tomillo, que además de ahorrarnos agua nos darán color (y olor, si te lo montas bien) a la vida.
En cualquier caso, siempre se puede ir más allá. Si eres de los afortunados que tienen un jardín grandecito, ni te lo pienses: un par de árboles de sombra serán la guinda del pastel.
Puff, pero es que con eso de haber quitado el césped te sobra mucho tiempo... Pues nada, también tenemos una idea... Puede que pronto vuelvas a revivir aquellas siestas de tu infancia…
DISFRUTA.
DISFRUTA.
Hay quienes apostamos por la convivencia con el lobo y por varias razones. Desde luego éticas: las derivadas de la conciencia de que no somos dueños de animales y campos, sino cuidadores, arrendatarios eco-dependientes. Pero también prácticas: por ejemplo son la solución a la sobrepoblación de cérvidos y sobre todo a la más generalizada de jabalíes (que están transmitiendo tuberculosis al ganado vacuno); además seleccionan genéticamente de un modo positivo a sus presas (al contrario que la caza para trofeo); de otro lado su presencia es también un bien que se puede traducir en ingresos turísticos como bien saben en Sanabria y otras zonas de Castilla y Portugal. El lobo puede que venga a comerse alguna oveja, pero quizá venga también a ayudarnos a revalorizar el valor económico, cultural y ambiental del pastoreo, la belleza del trabajo de los mastines que tanto han ayudado a los pastores desde el neolítico, la riqueza de las tradiciones asociadas a la actividad pastoril.
Por ello afirmamos como pastores y ganaderos no representados por ASAJA ni UPA ni COAG, y tampoco por el Senado, que se abstengan de defendernos del lobo ibérico, una especie en peligro de extinción con la que no sólo podemos convivir sino que queremos hacerlo [con medidas que nos protejan], que no se amparen en nosotros para satisfacer intereses de cazadores, que no se burlen de las leyes de protección ambiental, que dejen al lobo en paz y si quieren hacer algo por la ganadería que ataquen al monopolio de comercialización que nos imponen precios cada vez más bajos de carne, leche, huevos, etc... esos depredadores sí que nos provocan estragos.