Envenenadas dos águilas imperiales

La lacra contra la que luchaba Rodríguez de la Fuente sigue causando estragos en nuestro país. Esta vez, tenemos que lamentar la matanza de dos águilas imperiales a manos del veneno en los municipios abulenses de Riocabado y Pozanco.

Desde la Consejería de Medio Ambiente se considera el hecho como de “especial gravedad”, ya que el águila imperial ibérica es una especie clasificada como de “en peligro de extinción” porque es la rapaz más amenazada de Europa y una de las cuatro aves de presa más escasas del planeta. Como dato, la población en el mundo de esta especie de águila es de unas 250 parejas reproductoras.

Es el primer caso de envenenamiento del que hablamos desde que creamos Quercus, y queremos haceros ver la importancia de convencer a ganaderos y cazadores que el veneno no soluciona nada. Destroza todo.

Si por el campo véis un animal muerto, sobre todo no tocarlo, y llamar al teléfono gratuito del Programa Antídoto: 900 713 182.

De insectos y cáscaras de huevo

Comemos muchos huevos, ¿verdad? Pues en el jardín sus cáscaras, que tan alegremente solemos tirar a la basura, son un aliado insustituible. Añadir cáscaras de huevo a la tierra es perfecto para enriquecerla con calcio. También se piensa que son un plaguicida eficaz contra caracoles, babosas y gusanos.

Hablando de insectos, conviene tener en cuenta que la mayoría son beneficiosos y no tenemos que eliminarlos. Tal es el caso de las larvas de escarabajo, las crisopas verdes, la mantis religiosa y las arañas. Estas últimas, de hecho, pueden comerse a los bichos que sí son perjudiciales para las plantas.

Relojes astronómicos

Los que, por suerte y por desgracia vivimos en Madrid, vemos demasiado a menudo cómo hay ristras enteras de farolas encendidas en plena mañana, o al contrario, avenidas negras en la noche. Pues bien, aunque nuestro ayuntamiento tarde en hacerse eco, estamos de enhorabuena, porque....

Muchos municipios están utilizando, para controlar el encendido y apagado de su alumbrado público, relojes astronómicos, los cuales sustituirán a las anteriores células fotoeléctricas. El objetivo es reducir el consumo energético de los Ayuntamientos en un 50% anual. Se trata de un nuevo sistema que no implica un alto coste de instalación pero que permite reducir el consumo, con el consiguiente beneficio económico y medioambiental.

Los relojes astronómicos calculan automáticamente la hora de salida y puesta del sol según la ubicación geográfica. Su coordinación con el encedido y apagado del alumbrado público permite aprovechar al máximo la luz solar, en lugar de establecerse una hora fija para el encendido y apagado del alumbrado público.
Vía: ecoinventos.wordpress.com.-