Ni atún, ni pez espada, ni mariscos, ni.... y no sin razón
El ministerio de
Matasanos Sanidad aconseja
ahora que embarazadas y niños los eliminen de su dieta. También extiende este CONSEJO a las acelgas y espinacas. En otras palabras, que son
especialmente peligrosos para esos segmentos de población,
pero también son nocivos para todos los demás. Que la diferencia es que
nos hace daño más lentamente.
Por supuesto, pronto han saltado a resaltar (vale, redundancia) que es una
RECOMENDACIÓN
RECOMENDACIÓNSÓLO RECOMENDACIÓNNO CUNDA EL PÁNICO
NO PASA NAAAAAAADASOLO DECIMOS QUE
CUIDADÍN¿POR QUÉ?
Mercurio en el pescado
El mercurio está generado por la actividad industrial: el tema de los termómetros es famoso, ahora son digitales o de aleaciones, pero no olvidemos que las
bombillas de bajo consumo también contienen Hg. Esa
mierda porquería como siempre es tirada al mar, donde se produce el fenómeno de la
bioacumulación -que interviene en el resto del artículo- es decir la acumulación progresiva de tóxicos (en este caso el mercurio) a lo largo de la cadena alimentaria, en este caso algo tal que así:
Los seres vivos van acumulando (en sus tejidos grasos sobre todo)
el mercurio que contienen sus presas. Por eso hay menos compuestos tóxicos acumulados en un alga que en un pececillo, en este menos que en un pez más grande (tipo dorada, lubina...) y donde más tóxicos hay es en los peces más grandes (precisamente los que nos "aconsejan" no tomar) como el pez espada/emperador y el atún. Recordad por cierto que
el atún rojo está en extinción...
Cadmio en el marisco Un aparte para los crustáceos: el tóxico que acumulan no es mercurio sino sobre todo cadmio, un metal que
afecta al hígado y los riñones (pudiendo originar disfunciones renales, gota... todo eso que ya nos suena de los reyes decimonónicos que se ponían las botas a marisco y caza ¿verdad?). Se concentra sobre todo en las cabezas, así que en último término podemos acotarlo mejor ¡pero no resuelve el problema!
Nitrógeno en las verdurasEl tema de las hortalizas es distinto. La culpa la tienen nuestras prisas, producir más y más verdura menos y menos nutritiva (todo se resuelve luego con aditivos artificiales),
sobreexplotando el terreno de cultivo a base de fertilizantes químicos. Aquí tenemos que echar mano del
ciclo del nitrógeno:
Dado que es el nitrato (NO3) el compuesto nitrogenado que absorben directamente las plantas (en el esquema faltaría una personita que coma estas plantas y excrete urea, también con nitrógeno, etc etc: imaginaos lo que queráis en los puntos suspensivos y perdonad mi poca soltura con el photoshop) ... Como decía, como es el NO3 lo que absorben las plantas,
los ¿fertilizantes? artificiales son ricos en nitratos. Claro, al aumentar uno de los compuestos del ciclo drásticamente y de manera artificial, se desequilibra todo el ciclo con consecuencias como la que nos ocupa: que pasan demasiados nitratos a nuestro organismo al comer esas plantas. Por lo visto esto es más acusado en acelgas y espinacas (supongo que será por el tipo de hoja)... Ahora ya ni se puede emular el sano vicio de Popeye.
Conclusiones inmediatasEspero que se haya entendido bien y no haber metido mucho la pata con tanta bioquímica, he intentado explicar por qué nos hacen daño estos
alimentos (no hablamos ya de los preparados con aditivos hasta arriba, incluyendo colorantes, el más inútil y sin embargo perjudicial) Por qué, en definitiva,
comemos alimentos que no alimentan.A vueltas, de nuevo, con el consumismo y la aceleración
ad infinitum de la vida cotidiana en reverencia a un ilimitado crecimiento desbocado, virtual y lógicamente imposible. ¡Verás tú qué trompazo cuando intentemos frenar!
...y sobre todo, ¡pásalo!