
- De modo que basta abrir el rotulador por la parte superior. Podéis probar a ir girándolo a la vez que tiráis (a veces es precisa la ayuda de unos alicates).
- Sacad con precaución el tapón, pues aunque el rotulador no pinte, siempre quedan restos de tinta y podéis poneros perdidxs en un momento. Aconsejo usar guantes y colocar unas hojas de periódico sobre la mesa.
- Una vez abierto, basta añadir un par de gotas de alcohol en el interior. No os paséis porque corréis el riesgo de diluir demasiado la tinta y que escriba muy “aguado”. (En tal caso, sólo tendríais que esperar a que se evapore un poco el alcohol). Más vale quedarse algo corto que pasarse.
- Volvemos a cerrar el rotulador y lo dejamos HORIZONTAL y sobre papel absorbente, al menos la primera vez que lo hagáis, para evitar manchas. Pasado un tiempo, veremos que vuelve a escribir como el primer día.
¡Y no olvidéis cerrarlo siempre bien!
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