
Por supuesto, es una genial idea, pero falta que se empiece a incorporar por todo el mundo, porque solo es un prototipo. Personalmente, me encantaría ver chismes de estos sustituyendo a los tornos del Metro de Madrid. Pero lo importante es la idea en sí, aprovechar nuestra propia energía, que podríamos aplicar a mil situaciones de nuestra vida: La dinamo que hace que nuestros pedaleos enciendan una luz en la bicicleta, sin ir más lejos. Pero hay que ir más lejos, a gimnasios que se alimenten de la energía generada en la sala de máquinas, o las discotecas que usen la producida por el impacto de los chavales en el suelo al saltar. Nada mal, ¿eh?
¿Se os ocurre algún ejemplo más donde nuestra propia energía pueda ser utilizada en pro del planeta?
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