Tengo que rectificar el comienzo y el final de este artículo, para ser fieles a la realidad debe ser algo tal que así:


(...blablabla...)

Así las cosas, vecinxs, solo nos queda darle la bienvenida al 2012, en unos días, con la mejor de nuestras sonrisas:

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Después de pasar unos días en el pueblo, escribo esta "carta desde mi celda" (entiéndase por celda la habitación de cualquier estudiante aplicado en período previo a exámenes) completamente asqueado.

No solo la última imagen que me he traído de un pueblo, Becedas, al que por lo demás tanto amo, ha sido un cerdo colgando de un tractor en plena mañana de Reyes, rodeado de otros tantos (cada cual que se sienta aludido como cerdo o como rey). Qué va. Todo sea por preservar lo que es tradicional.

Vale, de la tradicional matanza solo queda el elemento central: un cerdo dando gritos en una plaza ensangrentada. Qué más da. Es tradición.


¡Adiós, cigüeñas!


La penúltima imagen, igual de patética, ha coincidido con lo que nos avisaba un amigo/a con este comentario que nos ha dejado el día de año nuevo aquí:

A propósito de cigüeñas ¿os habéis enterado que en Becedas han quitado los nidos de cigüeñas de la torre? creo que han dejado uno los demás los mandó quitar el cura este invierno ´"para que no se notase mucho"¿que harán las cigüeñas cuando vuelvan?

Si ya nos habían dado el chivatazo este verano de que presuntamente el cura andaba detrás de las cigüeñas, lo ha conseguido.

Hay que decir que no está solo al cargo de los "servicios religiosos" de Becedas sino también de otros pueblos de la comarca, como Medinilla y Gilbuena (donde fuentes que mantendremos anónimas nos dicen que "ha habido bronca con el alcalde"). Vecinos y vecinas de Becedas ya han emitido una queja formal al Obispado, independientemente de esto de las cigüeñas, a la espera de una respuesta.

Pero yo, esta vez, les doy la razón. Las cigüeñas guarrean mucho. Lo que dicen de que siempre ha sido recibida como un regalo del cielo porque se come ratones e insectos es trola. Mejor tirarles el nido.

Ah, pero, ¿no es tradición?

Nos ponemos serios porque no nos hace ni pizca de gracia la noticia, y nos hierve la sangre demasiado como para seguir con la ironía.

Los nidos de las cigüeñas blancas, Ciconia ciconia, los construyen estas aves palito a palito, uniéndolos con barro. Estos nidos, que, caprichos de la naturaleza, muchas han querido poner a nuestra vista sobre las iglesias, pueden llegar a pesar varios cientos de kilos.

Por esa razón, hay algunas actuaciones, siempre reguladas con bisturí, para trasladar los nidos, de ser excesivos (que no era el caso de Becedas, que tenía pocas parejas anidando sobre su Iglesia Parroquial) a otro lugar cercano, cuidando al máximo que no sufran desperfectos para que la pareja siga anidando en ellos.

En Castilla y León, estas actuaciones están reguladas por un protocolo de actuación de Patrimonio Natural.

¿Por qué?

Porque la cigüeña blanca está declarada desde 1981 especie protegida, y está incluida en el catálogo nacional de especies amenazadas.

Nos dicen que había autorización de medio ambiente para hacerlo, alegando destrozos a la estructura y siempre dejando el típico de la espadana para que los turistas puedan echarle la foto sin sospechar. Queremos que nos expliquen cuales son esos destrozos, y una vez pase los exámenes me dedicaré a preguntar. Pero a priori, ley y legitimidad, una vez más, no van de la mano.

Vecinos y vecinas de Becedas, mirad esta imagen que tomó hace algunas primaveras Ángel Blázquez, porque el resto de los nidos son ya Historia.

Dios nos salve de su Iglesia.

Firmado,

Quercus robur.